Para el fiscal, los Bejarano mataron a Monges y Benjamín Cruz debe ser investigado por narcotráfico

La fiscalía y la querella confirmaron la acusación contra Catalino Bejarano y sus hijos David y Santiago como coautores del homicidio de Darío Monges. El fiscal general, Eduardo Villalba, presentó 21 indicadores que confirman su hipótesis.

Tal como estaba previsto, el Tribunal Oral Federal 1, bajo la presidencia de la jueza Marta Snopek y los vocales Santiago Díaz y Marcelo Juárez Almaraz, llevó adelante esta mañana la etapa de alegatos en el juicio seguido contra Catalino Bejarano y sus hijos, David y Santiago, acusados de ser los asesinos de Darío Monges, ocurrido entre la noche del 1 de septiembre de 2022 y la madrugada del día siguiente.

Los tres acusados acabaron con la vida de Monges de cinco balazos”


En su extenso alegato, el fiscal general, Eduardo Villalba, acompañado por los auxiliares fiscales, Jorge Viltes Monier y Mariana Gamba Cremaschi, ratificó la acusación penal imputada a los Bejarano por el delito de coautores de homicidio agravado por el número de intervinientes, alevosía y el uso de arma de fuego.

También se confirmó la imputación contra David y Santiago Bejarano por el delito de tenencias de drogas con fines de comercialización. El Defensor Público de Víctimas, Nicolás Escandar, en tanto, compartió la acusación contra los tres acusados por el crimen de Monges.

Reanudado el debate, el fiscal tomó la palabra y en un tono enérgico sostuvo que “los tres acusados acabaron con la vida de Monges de cinco balazos”. Dijo que la víctima, quien decía ser asesor político y hasta abogado, cuando no lo era, fue “fusilado” por sus amigos, en un “contexto” de actividades ligadas al narcotráfico en la que eran socios.


«El fiscal reconoció que Cruz debe ser investigado por actividades ligadas al narcotráfico»


Reconoció que Monges se dedicaba a la venta de drogas al menudeo, pero negó que se tratara de un capo narco, pues quedó probado que padecía dificultades económicas que no se condicen con la vida de un criminal a esa altura. “No podía pagar ni un colchón, incluso su pareja, Guadalupe Cabeza reconoció que, a veces, no llegaban a fin de mes”.

Si afirmó que era “picante para las piñas”, pues sabía de peleas callejeras y tenía instrucción en artes marciales. También admitió que era “fanfarrón”, pero que sí tenía vínculos con otras personas ligadas al poder, como el caso del ex secretario Benjamín Cruz, o bien, los hermanos Mario y Daniel Moreno, el último intendente de Vaqueros.

Tras graficar cómo había construido influencias y se valía de ellas, señaló que Monges llevaba adelante el negocio de comercialización de drogas que traía del norte de la provincia, lo cual lograba gracias a que “Cruz le dio un pasaporte” en la época de pandemia por el COVID-19.

Ratificó que Monges viajaba con dólares al norte y volvía con drogas, lo que hacía auspiciado por los contactos que tenía, como el caso del ex funcionario del área de seguridad, algo que recordó “lo reconoció uno de los imputados”, refiriéndose a David Bejarano, quien este lunes declaró y reconoció el vínculo con Monges, incluso dijo que fue chofer en uno de esos viajes, en el llevaban dólares ocultos dentro de una rueda y que lo hacía con un permiso que tenía la víctima, el que le fue provisto por el ex secretario de seguridad.

En este punto, el fiscal reconoció que Cruz debe ser investigado por actividades ligadas al narcotráfico, incluso afirmó que, una vez que la fiscalía asumió el caso tras la declaración de incompetencia de la justicia provincial, se lo notificó a Cruz de que esta siendo investigado, hasta se le tomó muestras genéticas.

“La fiscalía fue a fondo, pero no surgieron elementos para imputarle a Cruz alguna vinculación con la muerte de Monges”, señaló el fiscal, quien también descartó de la lista de sospechosos a Diego Aquino, un amigo de la víctima que reside en Orán, cuya coartada fue verificada y no presentaba fisuras.

También fue desechado el hombre al cual Monges le debía plata por la compra de un colchón y otros revendedores de drogas que, al declarar, reconocieron que Monges le proveía de marihuana, incluso uno de ellos dijo que quedó en deuda con la víctima, quien nunca le recriminó el pago.

De esta manera, la fiscalía repasó paso a paso todas las pruebas ventiladas en el juicio iniciada el 25 de julio pasado, con el fin de establecer qué sucedió con Monges y si los Bejarano tuvieron participación en su muerte, descubierta el 2 de septiembre de 2022, cuando vecinos del barrio El Círculo descubrieron la camioneta Ford Eco Sport, con la víctima en su interior muerto de cinco tiros en la cabeza.

Como resultado del análisis de las pruebas, el fiscal concluyó en señalar a los Bejarano como los responsables del crimen, pues existen numerosas pruebas que así lo demuestran. En ese orden, sostuvo que la geolocalización de Monges, la noche del 1 de septiembre, obtenida a partir de la cuenta de su teléfono celular, ubican a los acusados en el teatro de los hechos.


«Todos eran amigos y que los acusados, casualmente, se valieron de esa amistad para matarlo»


Sumó a ello, el recorrido de las cámaras de video, las que también muestran claramente que el asesor salió del Café El Tiempo, en Necochea y Ameghino y se dirigió al taller de motos de los Bejarano para mantener una reunión, pues había una disputa entre ellos por un faltante de 20 kilos de droga que Monges le reclamaba a los Bejarano.

Dijo que todos eran amigos y que los acusados, casualmente, se valieron de esa amistad para matarlo, ya que de otra manera no lo hubiesen podido hacer, al menos, sin que ofreciera una tenaz resistencia, la que, en este caso, no la hubo.

Desnudo la coartada de los imputados, sostenido en testimonios que, durante el debate, se contradijeron y dejaron expuestas la mendacidad incurrida para tratarse de mejorar la situación procesal de los acusados, quienes mataron a Monges con, al menos, dos armas de fuego.