Clima de negocios positivo a un año de la asunción de Milei: expectativas de repunte económico y regreso a los mercados

El crecimiento del crédito en dólares para las empresas, los proyectos de inversión y la suba de precios de los activos argentinos empujan el optimismo para el año próximo

A pocos días de cumplir un año de gestión, el gobierno llega en el mejor momento no solo para los mercados financieros, sino también para las expectativa empresariales y de la gente. Como no sucede hace ya muchos años, la visión generalizada es que 2025 será un año de fuerte repunte.

La mejora del clima de negocios es palpable en prácticamente todos los frentes. El riesgo país cayó a la mitad en menos de seis meses, pasando de 1.500 puntos básicos a menos de 750 puntos. Aunque todavía es prematuro, desde el Gobierno ya reconocen que la intención es recuperar el financiamiento de los mercados para mediados del año que viene, algo compatible con un riesgo país inferior a los 500 puntos.

Al mismo tiempo repuntó fuerte el Índice de Confianza en el Gobierno que elabora la Universidad Di Tella. En la medición de noviembre creció casi 10 puntos respecto al mes anterior y un 90% en relación a un año atrás. Existe una fuerte correlación entre este indicador y el comportamiento posterior de la economía.

Las fuertes apuestas financieras se reflejan en la espectacular suba del precio de los bonos y de las acciones, que en algunos casos ganaron hasta 250% en dólares en el año. Pero ahora también empieza a vislumbrarse un mayor ingreso de capitales para inversiones reales. Según anunció el Gobierno ya hay presentados proyectos por casi USD 8.000 millones para ingresar en el marco del RIGI, el Régimen de Incentivo para las Grandes Inversiones. Esta llegada de grandes planes de inversión se concentran en los sectores donde la Argentina tiene más ventajas comparativas, sobre todo energía y minería.

Pero además hay expectativa entre los empresarios por el RIGI que apuntará al sector pyme. Aunque todavía no hay muchas precisiones, se apuntará a sancionar una nueva ley para el sector con el objetivo de beneficiar con reducción de cargas impositivas y laborales a las empresas que inviertan, pero cuyo tamaño no es suficiente para ingresar al RIGI.

La reaparición del crédito es otro de los datos destacados de estos últimos meses y que también le da mayor soporte a la recuperación de la economía. Las líneas en pesos ya crecen un 50% más que la inflación en lo que va del año. Pero el dato más alentador es que los bancos tienen mucha liquidez para seguir aumentando el volumen de financiamiento, sobre todo en un contexto de sustancial baja de la inflación y de las tasas. Se espera que en noviembre el índice se ubique nuevamente por debajo del 3%.

El exitoso resultado del blanqueo también cambió drásticamente el panorama en relación al ingreso de dólares a la economía. Los depósitos en los bancos aumentaron más de USD 15.000 millones, permitiendo al Central acumular reservas y al mismo tiempo incrementando la capacidad prestable.

Muchas empresas ya aprovecharon para financiarse con estas divisas, ya sea a través de préstamos bancarios, como también a través de las colocaciones de Obligaciones Negociables en dólares. Consiguen además tasas muy atractivas, que en muchos casos se ubican por debajo del 8% anual en dólares.

Las proyecciones para la economía también se están revisando hacia arriba y no solo por las inversiones que se esperan para el año que viene. Además hay sectores muy dinámicos que tendrán un fuerte aumento de las exportaciones como energía y minería, mientras se espera una muy buena cosecha a partir de un régimen de lluvias adecuado para la zona núcleo.

Por eso, este año finalmente el PBI podría terminar con una caída inferior a 3%, bien por debajo la expectativa de -3,5% que había publicado el FMI hace menos de un mes. Y para el año que viene crecen las proyecciones de un repunte que podría superar con comodidad el 5% que el propio gobierno estipuló en el proyecto de Presupuesto.

Incluso los inversores empiezan a imaginar un escenario que hace apenas unos meses parecía directamente un relación de ciencia ficción: la posibilidad que Argentina aspire a convertirse un “investment grade”. Esto lo haría elegible para los grandes fondos de inversión, a partir de una conducta fiscal muy férrea, baja de la inflación y un clima de negocios que debería seguir mejorando de manera sensible.

Lo planteó en su último informe Delphos Investment, que recibe decenas de inversores locales y extranjeros: “Siendo optimistas, el camino de Argentina hacia una mejora en sus calificaciones crediticias podría darse a pasos agigantados. Anticipamos un crecimiento económico destacado, acompañado de avances notables en la fortaleza y estabilidad de las instituciones civiles y en la efectividad en la formulación de políticas. Asimismo, los progresos en la sostenibilidad del balance fiscal y la flexibilidad tanto fiscal como monetaria refuerzan esta perspectiva”.

El trabajo de la consultora concluye así: “En el escenario donde todo sale bien, Argentina podría incluso aspirar a romper el récord de tiempo necesario para alcanzar el Investment Grade, establecido por Corea del Sur en tan solo cinco años”.