El presidente Donald Trump “lamenta profundamente” que el ataque perpetrado este martes por Israel contra la cúpula de Hamas tuviera lugar en Catar, “un aliado y un amigo de Estados Unidos”, declaró la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt.
Estados Unidos avisó a Catar en cuanto supo que las fuerzas israelíes estaban atacando la residencia donde estaban los líderes de Hamás en Doha, reveló la portavoz.
Catar negó que Washington hubiese avisado antes del ataque. “Las declaraciones que circulan sobre que Catar fue informado del ataque con antelación son falsas. La llamada recibida de un funcionario estadounidense se produjo mientras se oían las explosiones del ataque israelí en Doha”, publicó en X el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Qatar, Majed al-Ansari.
“Bombardear unilateralmente a Catar, una nación soberana y un aliado cercano de Estados Unidos que trabaja duro, con valentía y asumiendo riesgos para negociar la paz, no promueve los objetivos de Israel ni de Estados Unidos”, declaró Karoline Leavitt a la prensa.
Haber atacado este lugar “deja una muy mala impresión” a Trump, precisó, agregando sin embargo que “eliminar a Hamas” es “un objetivo loable”.
La operación provocó reacciones en todo el mundo árabe. Emiratos Árabes Unidos, firmante de los Acuerdos de Abraham con Israel en 2020, señaló la “flagrancia y cobardía” del ataque a Doha. Abu Dabi manifestó además su malestar ante los planes israelíes de anexión de tierras en Cisjordania. Arabia Saudita tachó la acción como una “brutal agresión” contra la soberanía qatarí, mientras que Egipto advirtió que se trata de un “peligroso precedente”.
El papa León XIV expresó su “profunda preocupación” por las posibles consecuencias de la acción militar israelí contra Catar, según declaraciones ofrecidas en Castel Gandolfo. El secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, reiteró que Catar ha jugado un papel positivo en los esfuerzos para alcanzar un cese al fuego y facilitar la liberación de los rehenes retenidos por Hamás.




