El presidente busca destrabar un paquete financiero con Washington y evalúa permitir que tropas norteamericanas operen desde el sur argentino. La condición: alejarse de China y cancelar el swap.
En medio de las gestiones para conseguir alivio financiero, el presidente Javier Milei está negociando con su par estadounidense Donald Trump un acuerdo que incluiría la presencia militar de EE.UU. en territorio argentino. Según trascendió, el Gobierno está dispuesto a permitir que tropas estadounidenses operen desde la Base Naval Integrada de Ushuaia, a cambio de apoyo económico para afrontar los vencimientos de deuda externa previstos en 2025.
El encuentro entre ambos mandatarios tuvo lugar en Nueva York. Si bien no hubo anuncios oficiales, la Casa Rosada confirmó que los equipos técnicos del Ministerio de Economía y del Tesoro estadounidense continúan negociando un posible canje de monedas. El objetivo es cubrir pagos por US$4000 millones en enero y US$4500 millones en julio.
Entre las condiciones del acuerdo, Washington exige la cancelación del swap con China y un distanciamiento geopolítico de Beijing. Por eso, Milei sumó a su comitiva al ministro de Defensa, Luis Petri, y al secretario de Asuntos Internacionales, Juan Battaleme. «El acuerdo conlleva contrarrestar la injerencia china en el territorio», indicaron fuentes oficiales.
En ese contexto, el Gobierno también está dispuesto a dar de baja el radiotelescopio chino instalado en San Juan, parte de un acuerdo entre el CONICET, la Universidad Nacional de San Juan y el Observatorio Astronómico Nacional de China.
La presencia militar estadounidense tendría lugar en la base naval de Ushuaia, clave por su proyección antártica y acceso al pasaje bioceánico de Drake. En la Casa Rosada aseguran que se buscará replicar un modelo similar al de Rota, en España, donde EE.UU. opera desde un sector exclusivo dentro de una base compartida.
Según la ley argentina, el ingreso de tropas extranjeras requiere autorización del Congreso. No obstante, el Ejecutivo ya inició las gestiones para avanzar con una mayor cooperación militar, que incluye la compra de blindados Stryker, submarinos y fragatas, y la voluntad de ingresar a la OTAN como «socio global».
Desde el Comando Sur, el almirante Alvin Holsey reafirmó que su misión es frenar la influencia china en la región y apoyar a la administración Milei mediante programas como el Financiamiento Militar Extranjero. También destacó el rol de EE.UU. en la aprobación del paquete de sostenimiento por US$941 millones para la compra de aviones F-16.
QPS