Según trascendidos de fuentes extraoficiales, el presunto asesino se trataría de Tayro Shiroky Tsuboi Zayas, joven de 27 años de nacionalidad paraguaya, quien mantenía, al parecer, un fuerte vínculo sentimental con la mujer asesinada, cuyo cuerpo fue hallado el miércoles pasado en la ruta 9, en La Caldera.
Pese al fuerte hermetismo dispuesto desde la justicia, este medio pudo conocer que Tayro Shiroky Tsuboi Zayas conocía a Beatríz González desde la adolescencia, incluso habrían sido compañeros de estudio, probablemente en alguna carrera o curso terciario. En lo que sí concuerdan los investigadores es que el móvil del crimen, sin dudas, está ligado a un fuerte vínculo sentimental que existía entre ambos, aunque no con la misma intensidad, situación que habría actuado como detonante del brutal asesinato.
El despecho, por ende, aparece como el móvil principal del asesinato, aunque todavía no se descartan algunas cuestiones relacionadas a manejo de dinero, siendo para ello clave la pericia que se lleva adelante en los teléfonos secuestrados. La detención de Tayro Zayas, registrada el jueves pasado a la madrugada, fue un balde de agua fría para su familia, en parte proveniente de Cafayate y también de Asunción, Paraguay, quienes tendrían negocios en materia de obras civiles en esta ciudad.
Hasta el momento, el joven, de nacionalidad paraguaya, prefirió mantenerse en silencio, aunque no se descarta que esta postura pueda cambiar y brindar su versión de lo sucedido, ya que se especula que su representación legal podría ser asumida por un abogado particular. Para los investigadores, sin embargo, la situación de Zayas es bastante complicada, no sólo por las pruebas reunidas y que lo ubican como la persona que contactó a González para tener un encuentro horas antes de aparecer brutalmente asesinada, sino también por los elementos que tenía en su poder al momento de ser detenido
Pruebas
Entre ellos, se difundió que la policía secuestró una mochila de la víctima su teléfono celular y documentación de una hija de González, elementos que se suman a los que la fiscalía obtuvo al tomar pistas e indicios que los condujeron a la casa de Zayas. Se encuentra el análisis de las cámaras de seguridad, la explotación de datos de las redes sociales y de las comunicaciones telefónicas, como así también distintas declaraciones aportadas por amigos y familiares de la víctima.
Todo esto le permitió a la policía establecer que Beatriz había acordado con Tayro un encuentro, en el cual el joven intentó convencer a González de reanudar la relación amoroso entre ambos, la cual fue disuelta de manera unilateral por la mujer. Al margen de ello, y en respuesta a la amputación del dedo pulgar de la mano derecha de la víctima, se especuló que dicho desmembramiento tendría que ver con el apuro por desactivar un control de seguridad del teléfono de González, teoría que aún no termina de cerrar para los investigadores, quienes sí creen que una pericia más a fondo sobre el aparato, podría aportar mayores datos que expliquen por qué el asesino le cortó el dedo a la víctima.
Laceraciones, golpes y más de 15 cuchilladas a la víctima
Para los investigadores del caso, la hipótesis de un vínculo sentimental previo entre la víctima y el asesino, el cual fue disuelto de manera intempestiva, coincide con las graves heridas que Tayro Zayas habría descargado en Beatriz González.
Entre ellas, y como ya se reveló incluso desde la misma fiscalía, existen evidencia de fuertes golpes, laceraciones en el rostro, la amputación del dedo pulgar de la mano derecha y, al menos, más de 15 cuchilladas en distintos partes del cuerpo.
Todas estas lesiones complicaron el reconocimiento del cuerpo, el que finalmente los familiares reconocieron por los tatuajes en uno de sus brazos, ya que el rostro era irreconocible, siendo también el principal blanco de las heridas propinadas por el homicida.
Fuerte despecho
Las heridas cortantes, en tanto, evidencian también para los investigadores que Tayro Zayas fue al encuentro con González decidido a matarla si es que se negaba a reanudar la relación, decisión que habría tomado en función de que creía que la víctima tenía otra pareja.
De ser así, el móvil cerraría como un caso de drama pasional, aunque todavía resta conocer más detalles de cómo se conocieron González y Zayas, el vínculo sentimental que tenían y, si a la par, era la única relación que llevaban
Todo esto, según se adelantó, se podrá conocer con mayor detalle una vez que concluyan las pericias ambientales, tanto sobre la víctima como sobre el acusado, a quien también someterán a un exhaustivo estudio psicológico y psiquiátrico a fin de establecer si posee rasgos psicopáticos, pues el crimen cometido evidencia un grave desorden mental.
Evidentemente, en el encuentro que mantuvieron, entre la noche del martes pasado y la madrugada del miércoles, González se habría mantenido firme en no reanudar la relación sentimental.
Ello habría derivado en un ataque desmesurado por parte de Tayro Zayas, quien enceguecido cometió uno de los hechos más brutales en Salta del 2.021.
Fuente: Nuevo Diario