En las boletas de EDESA, la Municipalidad cobra por cada medidor impuestos indebidos

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Propietarios de inmuebles céntricos se vieron sorprendidos por una doble y hasta triple imposición tributaria desde la municipalidad, cobrada en la boleta de luz. Tal novedad está plasmada en las boletas de cobro de EDESA, donde se determina que aquella propiedad que tenga más de un medidor deberá pagar la imposición en igual número

Una investigación del semanario Cuarto Poder, señala que la empresa de energía toma como referencia inmuebles en los que funcionan dos o más medidores y envía una factura individual por cada uno de ellos, independientemente de si se trata de un mismo domicilio y/o catastro. Además de los cargos por consumo eléctrico, en cada una de las boletas se incluyen: el impuesto inmobiliario, la tasa de Protección de Bienes y Personas, incidencia del Alumbrado Público, la tasa de mantenimiento de Alumbrado Público y la tasa municipal. Cuando el contribuyente recibe las facturas se encuentra con que, en la misma propiedad, figuran dos, tres o incluso más catastros con sus respectivos números. 

Consultados los registros de la Dirección de Inmuebles, ninguno de esos catastros existe. En tanto, en la página web de ARMSA, en el estado de deuda de los «catastros fantasmas» figuran los períodos adeudados (ninguno es anterior a diciembre de 2021), pero no se detallan datos clave como: domicilio, valor fiscal, CUIT o valor de edificado

Cuarto Poder señaló que un propietario de la zona centro de la ciudad que posee un inmueble dividido en tres espacios, cada uno con su respectivo medidor, contó su experiencia. «Desde EDESA aducen que la municipalidad lleva el registro de los catastros y desde la municipalidad le echan la culpa a EDESA. En ambos casos reconocen que el catastro no existe». En la misma zona, varios de sus vecinos advirtieron lo mismo en las facturas de los últimos meses. «Pasa mucho con propiedades que tienen locales para alquilar. Son todos parte de un mismo catastro, pero en las boletas aparece como hubiera subdivisiones. Yo mismo constaté varios casos más por esta zona», relató. 

Los impuestos municipales varían de acuerdo a las zonas y a las categorías de cada barrio. En el caso del impuesto inmobiliario, se encuentra atado al valor de la Unidad Tributaria (UT), cuyo valor aumentó un 47% en diciembre pasado. Para la zona en cuestión, categorizada como 1B residencial, los valores plasmados en las boletas oscilan los $3500 sólo para tasas municipales. A eso deben sumarse otros $310 en concepto de incidencia y mantenimiento de alumbrado público. Si se multiplican todos esos ítems por cada uno de los «catastros fantasmas», el volumen de recaudación adicional es bastante alto.

Ni las administraciones municipales, ni mucho menos las empresas prestadoras de servicios, pueden alterar unilateralmente los registros de inmuebles creando nuevos catastros. Para concretar la subdivisión de un catastro se deben seguir pasos administrativos ante el municipio y la provincia y, en todo caso, el trámite debe ser realizado por el titular del inmueble. En primer lugar, se debe dar de baja el catastro de origen en la Dirección General de Inmuebles y posteriormente se debe asentar la misma en la Municipalidad de Salta. Además, se debe presentar documentación específica: Nota Modelo Inmuebles por duplicado dirigida a la Subsecretaría Tributaria y de Recaudación, Resolución emitida por la Dirección General de Inmuebles, Fotocopia del DNI y Fotocopia de factura de EDESA. 

El catastro General comprende, según la ley 2308, la «enumeración y descripción literal y gráfica de todas las propiedades inmobiliarias, con expresión de los propietarios, superficie, situación, linderos, cultivos o aprovechamiento agropecuarios y mineros, calidades, valores, beneficios». 

La repartición que tiene a su cargo la realización y conservación del Catastro General es la Dirección General de Inmuebles, creada por ley en 1946La existencia en sí misma de estos pseudo-catastros no reconocidos por el organismo competente con sus respectivas nomenclaturas truchas, constituye una ilegalidad flagrante, cuando no una estafa lisa y llana. Los casos, según reconoció una fuente de la comuna a este medio, están en conocimiento de la administración municipal y podrían rondar los 10 mil, por lo que dimensionar el tamaño de semejante irregularidad resulta -como mínimo- complejo, sostiene la investigación periodística

“Si pasa, pasa”

Un funcionario municipal se sinceró ante el periodista que lo fue a consultar, cuando se le terminaron los argumentos para sostener lo que aparece como una estafa lisa y llana a los contribuyentes. «Si pasa, pasa; fue el comentario utilizado ante la requisitoria, sin ninguna validez académica o económica.

Por supuesto que el argumento debe haber sobrevolado los despachos más importantes del Centro Cívico Municipal, cuando algún colaborador puso sus reservas a la maniobra para aumentar la recaudación.

“Nunca en 65 años”

Un profesional de un inmueble céntrico indicó que representa la tercera generación de propietarios. «Nunca en 65 años pasó algo parecido», al tiempo que calificó a la triple imposición como «algo inconcebible».

Al mismo tiempo reclamó mayor atención por parte de los concejales, al entender que el Departamento Ejecutivo Municipal carece de facultades para cobrar nuevos impuestos.

«Sería bueno consultarlos, a ver si están al tanto de esta maniobra», concluyó un indignado contribuyente con las boletas en la mano.

Fuente: Nuevo Diario