Mientras la Legislatura Provincial celebra los 150 años de la bicameralidad, el edificio que alberga la Casa de los Leones atraviesa una grave crisis estructural que pone en riesgo su funcionamiento.
Construido entre 1892 y 1902, el palacio enfrenta problemas que obligan a replantear su futuro como sede del Poder Legislativo.
La construcción del edificio, un ejemplar destacado de arquitectura academicista italianizante, fue posible gracias a la venta del Cabildo y un préstamo nacional.
Cuando los fondos se agotaron en 1900, las donaciones de la aristócrata Juliana Castillo de Caballero permitieron completar la obra bajo la dirección de Fernando Solá, con planos de Miguel Aráoz y Francisco Righetti.
Sin embargo, más de un siglo después, la situación es crítica. En 2022, Bomberos restringió el acceso de periodistas a los palcos durante la apertura de sesiones por riesgos de colapso estructural.
Desde entonces, poco se ha avanzado en soluciones concretas, aunque se analizó la posibilidad de trasladar la Legislatura a un predio nuevo en barrio Pereyra Rozas.
Un recorrido reciente por las instalaciones reveló problemas alarmantes: pisos desnivelados y hundimientos, grietas sísmicas en paredes, vibraciones constantes causadas por el tráfico de colectivos, y ascensores cancelados por complicaciones técnicas.
El edificio, construido sin normas antisísmicas, sufre además el deterioro causado por remodelaciones que debilitaron su estructura original al instalar cables de internet y otras adaptaciones tecnológicas.
El proyecto de ascensores externos vidriados quedó descartado.
Mientras tanto, empleados y legisladores conviven diariamente con las vibraciones que recorren pasillos y oficinas, en un edificio que es símbolo histórico pero que evidencia la urgencia de una intervención profunda o un traslado definitivo.
La Legislatura de Salta cumple 150 años de bicameralidad en un contexto paradójico: celebrando su historia institucional mientras su sede física se desmorona.