El abogado defensor de los rugbiers: «Voy a pedir la absolución de los imputados porque el hecho no está probado»

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En tanto, se espera que al finalizar los alegatos los ocho rugbiers digan sus «últimas palabras» al igual que los padres del joven estudiante de abogacía asesinado.

La defensa de los rugbiers acusados de asesinar a Fernando Báez Sosa sostuvo durante los alegatos que la muerte del joven fue un homicidio en riña y cuestionó que haya sido planificado por los rugbiers

El defensor cuestionó la acusación, dijo que “no hay pruebas” de que se haya tratado de un homicidio porque “no hubo dolo” y rechazó la idea de que haya existido una planificación de ir a matar por parte de los acusados. Además, pidió que la condena sea por homicidio en riña o la figura de preterintensional, el cual prevé cada uno de hasta seis años de prisión, o bien la figura de homicidio simple con dolo eventual. Los delitos en que encuadró la defensa el caso distan notablemente del pedido de perpetua que ayer hizo la fiscalía y la querella.

Hugo Tomei, el abogado defensor de los rugbiers, dijo que “no está probado” el hecho y se quejó de la “indeterminación” de la acusación que ayer hizo la querella y la fiscalía de prisión perpetua para los ocho imputados.

“Toda la evidencia está contaminada, la sentencia que se pueda dictar va a intentar aproximarse pero no pueden salir de una cuestión cómo está”, le dijo al Tribunal.

“Los acusadores probaron otro hecho, es fácil. Ocho sujetos acordaron dar muerte a Fernando Báez Sosa. Me quejé de la indeterminación, y ahora pretende ser determinada. Cinco le pegaron y otros tres no”, comenzó Tomei haciendo referencia a la acusación inicial que rezaba que cinco de los ocho le pegaron a Fernando y otros tres solo a los amigos de éste, haciéndolos partícipes del homicidio: Ayrton Viollaz, Lucas y Luciano Pertossi.

“Se imputó otra cosa a lo alegado ayer. Me tomaría el trabajo de preguntarle a Lucas Pertossi (a quien hizo ponerse de pie, ndr) ¿a quien le pegó? porque la fiscalía no lo pone, y ahora dice que también le pegó a Báez Sosa”, siguió. Hizo lo propio también con Luciano Pertossi y luego con Ayrton Viollaz.

Acto seguido, empezó a cuestionar la declaración de los testigos porque “no pudieron ver” por su ubicación. “No está el dolo, hay una imposibilidad de probarlo, recuerdo que la fiscalía lo puso ayer en una patada en la cabeza y me preguntaba, si patear la cabeza a alguien implica la intención de muerte”, dijo y agregó: “cuál es la entidad de esa patada para probar dolo”.

Tomei señaló que es “falso e inverosímil” cómo acusó la fiscalía que en esos siete minutos previos al ataque a Fernando se planificó el homicidio, uno de los tramos de la acusación de ayer sobre que existió premeditación por parte de los rugbiers en ir a matarlo al joven de 18 años frente a Le Brique.

“No encontré una mención en cuanto a la planificación y la patada subyace de un plano espontáneo y no premeditado”, sostuvo, y dijo que Máximo Thomsen luego de tener una pelea con Fernando Báez Sosa quiso quedarse dentro del boliche: “si lo buscas matar, salís a buscarlo, no te querés quedar dentro del boliche”.

También dijo que “los pibes no tenían ni idea de lo que habían hecho” porque se fueron a comer al mc Donald´s y luego a dormir. “Tenían autos para la huida, filmaron su propio crimen, invitaría a pensar si una empresa criminal se planifica de esa manera, no lo entiendo”, increpó al Tribunal.

En el punto de la autopsia sobre el cuerpo de Fernando, el abogado aseguró que hubo entre seis y siete golpes, y en “función de patadas y puños” no coincide con los relatos. “Si hay alguien que no miente es la autopsia”, agregó.

“Lo que quedó claro es que el reanimación cardiopulmonar puede causar tramos y hay una cuestión con el hígado”, sostuvo al referirse a un punto controvertido del caso sobre la posibilidad que esas maniobras de reanimación hayan provocado el descenso y no el golpe. “No sabemos quién fue y no vamos a saber nunca quién fue” el que dio el golpe mortal.

“No hubo dolo y no veo la planificación, no hubo estado de indefensión, sino una agresión de mis defendidos hacia el otro grupo y eso hecho debe ser calificado por homicidio en riña o agresión” o en su defecto “homicidio simple con dolo eventual”, y también “el homicidio preterintensional”.

La figura del homicidio en riña o agresión al igual que el preterintensional prevén de hasta seis años de prisión. El primero prevé justamente una agresión donde no se tiene la intención de ir a matar pero hay un resultado muerte, donde no se puede identificar el o los autores del crimen, algo que el defensor hizo hincapié en que los peritos no pudieron determinar cuál o cuáles fueron los golpes que ocasionaron la muerte de la víctima.

En el homicidio preterintensional sí hay una intención de ir a provocar una lesión pero de una magnitud tal que no es provocar la muerte. En esta figura penal el autor está determinado.

En cuanto al homicidio con dolo eventual, la tercera figura penal elegida por la defensa fue el homicidio simple con dolo eventual, esto es que los imputados debieron haberse representado que con las patadas y puñetazos que le dieron a Fernando Báez Sosa podrían ocasionarle la muerte, pese a lo cual prosiguieron con su accionar. Esa figura penal contempla una pena de ocho a 25 años de prisión.

Las tres figuras elegidas por la defensa son penas que distan mucho del pedido de prisión perpetua solicitada por la fiscalía y la querella, y que dan la posibilidad de acceder a la libertad condicional cumplida la dos terceras partes de la condena si es que así lo decide el Tribunal.

“Espero que la sentencia sea justa y una posibilidad de enseñanza, para todos nosotros que nos vemos involucrados en conflicto y espero que ninguno sea como este del tratamiento que se le dio de algunos medios de comunicación”, cerró su alegato, pidiendo por último la nulidad de la prueba de los celulares por la forma en que fueron secuestrados a los imputados cuando se allanó el domicilio en Villa Gesell donde habitaban ese verano de enero del 2020.

«Nunca pensé que estaría en este lugar»

Al comienzo de la jornada, la mamá de Fernado hizo uso de su derecho a las «últimas palabras».

 En un breve discurso, manifestó: “Buenos días para todos. La verdad es que nunca pensé que estaría en este lugar. Siempre pensé que algún día mi hijo se recibiría y que estaría viendo como él defendía a la gente. Nunca pensé estar presenciando el asesinato de mi hijo. Me costó muchísimo estar en este lugar. Nunca me atreví a mirar los videos y acá los vi reiteradas y miles de veces. Me costó horrores ver la forma en la que asesinaron a mi hijo. Es una angustia impresionante que nunca podré olvidar cuando mi hijo levantaba su mano implorando piedad mientras le seguían dando patada tras patada. Y tenía esa sensación como madre de tirarme sobre él, de poder ayudarlo para que esas patadas fueran para mí, porque yo daría mi vida por mi hijo. Era un chico bueno, decente, que nunca creyó en la maldad. Cuando se fue, yo le dije: ‘Cuidate mucho Fer, cuando haya una pelea tratá de huir y de buscar a alguien para que te ayude’. Él siempre me decía: ‘No creo en la maldad’. Yo solo pido justicia por mi hijo. Quiero que paguen lo que le hicieron. No le tuvieron piedad. Solo deseo justicia”.

Inmediatamente después, Tomei comenzó su alegato y manifestó: “Después de escuchar a la señora, no puedo menos que conmoverme. Todo dolor es inmenso y la pérdida de un hijo es una de las peores cosas que le pueden pasar a un ser humano. Tengo que hablar después de la señora y me siento en un plano de inferioridad”.

En tanto, se espera que al finalizar los alegatos los ocho rugbiers digan sus «últimas palabras» al igual que los padres del joven estudiante de abogacía asesinado.
 

Fuentes judiciales confirmaron que a partir de las 12, en la sala de audiencias del primer piso del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de Dolores, el abogado defensor Hugo Tomei dará a conocer su alegato.
 

La estrategia de Tomei esbozada durante el debate oral se basó en demostrar que el crimen del joven estudiante de abogacía fue en el contexto de una pelea, por lo que sus lineamientos podrían apuntar hacia un «homicidio en riña o agresión», que según el artículo 95 del Código Penal prevé una pena de entre 2 y 6 años de prisión.
 

Tras la finalización de su alegato, será el momento de las réplicas a cargo de los fiscales Gustavo García y Juan Manuel Dávila y de los abogados del particular damnificado, Fernando Burlando, Fabián Améndola y Facundo Améndola.
 

Finalmente, se les otorgará el derecho a sus «últimas palabras» a los imputados Máximo Thomsen (23), Enzo Comelli (22), Matías Benicelli (23), Blas Cinalli (21), Ayrton Viollaz (23), y Luciano (21), Ciro (22) y Lucas Pertossi (23).

Las denominadas «últimas palabras» son una garantía prevista en el artículo 368 del Código Procesal Penal bonaerense, que establece que, como último acto, el presidente o la presidenta del tribunal «preguntará a la persona imputada, bajo sanción de nulidad, si tiene algo que manifestar» y luego «cerrará el debate».



En los casos de Viollaz, Benicelli y Comelli, será además la posibilidad de decir algo por primera vez desde que el juicio se puso en marcha el último 2 de enero, ya que son los únicos tres acusados que no rompieron su silencio durante las 13 jornadas de testimonios.
 

Como familiares de la víctima, también estarán en condiciones de decir unas últimas palabras los padres de Fernando, Silvino Báez y Graciela Sosa, aunque en su caso deberán solicitarlo sus representantes en calidad de particular damnificado, Burlando y Améndola.
 

Fuentes cercanas a la acusación particular indicaron que ambos padres tienen intención de hacer uso de ese derecho, y en caso de que la presidenta del tribunal, María Claudia Castro, lo permita.

En la primera jornada de alegatos, tanto el Ministerio Público Fiscal y los abogados de la familia Báez Sosa coincidieron en pedir la prisión perpetua para los ocho acusados al considerarlos coautores del delito de «homicidio agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas» en concurso ideal con las «lesiones leves» por la golpiza a los amigos de la víctima.

En su alegato, Dávila aseguró que los ocho imputados son «coautores» del homicidio porque tuvieron «el co-dominio del hecho, la posibilidad de emprender, proseguir y detener el curso causal del delito».


Al igual que en las audiencias anteriores, los padres de Fernando, Silvino Báez y Graciela Sosa, estuvieron presentes durante toda la jornada que continuó por la tarde con los alegatos de sus abogados Fernando Burlando, Fabián y Facundo Améndola.

Burlando adhirió al pedido de la fiscalía, sostuvo que «todos» los imputados tuvieron la «voluntad de matar» y planearon una «cacería humana», mientras que la víctima fue «fusilada a golpes y patadas».

Fuente: ETS