Hoy algunos se animan a correr detrás de Méndez y decidieron aflojarse la mordaza. Y eligieron a El Intra para desahogarse
“No vengo a guiar corderos, vengo a despertar leones”, suele decir el presidente Javier Milei, muletilla que fue adoptada por los militantes que logró recolectar por todo el país. En Salta, por ejemplo, es un mantra. Una oración que la diputada Emilia Orozco dice cada vez que tiene un micrófono y una cámara al frente. Eso sí, no habla con periodista que la incomoden, sólo con aquellos que le rinden pleitesía.
Y quizás Javier Milei sí despertó leones. O a una leona, una que se animó a denunciar lo que sufría por parte de un dirigente de extrema confianza de la diputada. En La Libertad Avanza de Salta, hay varios que se animaron a colgarse de la valentía de la Convencional Constituyente Estela Méndez. Sola, junto a su familia, se animó a denunciar al mimado de Orozco, Pablo López. Echado del partido y del Concejo Deliberante, denunciado por violencia y extorsión sexual, la diputada perdió a su dirigente más valioso. A partir de allí, todo es furia, gritos y maltratos.
Hoy algunos se animan a correr detrás de Méndez y decidieron aflojarse la mordaza. Todavía no llega el momento en el que se la arranquen totalmente. Y eligieron a El Intra para desahogarse que, como medio independiente no le teme al poder. Con libertad (pero libertad bien entendida) hablaron. Contaron todo lo que ocurre puertas adentro de la Casa de la Libertad, liderada por Orozco.
La imagen de una «nueva política» que escucha y confía en los jóvenes no sería tal, de acuerdo al relato de los dirigentes que hablaron con este medio. El buen trato de la diputada libertaria tampoco es el que quienes administran sus redes intentan mostrar.
Es innegable que la denuncia contra Pablo López desestabilizó políticamente a Emilia Orozco, algunos se animan a decir que emocionalmente también. Los dirigentes más jóvenes le tienen miedo porque les demuestra poder. Superioridad. Hablar sin que ella lo autorice o decir algo que no enaltezca su figura, es motivo suficiente para que se los considere un “enemigo” dicen los que la tratan a diario.
Sin ir más lejos, Estela Méndez. Dos palabras. Un nombre. Una mujer que hizo enojar soberanamente a Emilia Orozco, porque le quitó a su protegido. Por la denuncia que presentó, el exconcejal Pablo López está fuera de todo proyecto político y marcado socialmente. Inutilizable. Con lo cual, dicen que la diputada dio la orden de borrar de un plumazo a Méndez de toda plataforma digital.
Si usted se fija, las redes de La Libertad Avanza no muestran nada que involucre a la denunciante. En las actividades, capacitaciones y reuniones que se hacen a diario, ella no figura más. Porque la bajada de línea fue clara. Aquí se pone bueno (no para Estela).
Los CMs que manejan las redes oficiales de La Libertad Avanza tienen “estrictamente prohibido” mostrar un pelo de Estela Méndez. Nada. No importa si aún es parte del partido. No quiere verla ni en fotos. De hecho, los dirigentes contaron a este medio que Emilia Orozco “puso el grito en el cielo” cuando se publicó una foto de Méndez con su diploma de convencional.
El saber popular dice que el miedo no es tonto y tranquilamente se puede aplicar a la actualidad de La Libertad Avanza. La diputada Orozco descarga su furia solo con los más jóvenes. No es que tenga por normalidad gritarle a un Carlos Zapata, a un Alfredo Olmedo. O a Roque Cornejo o a la concejal Laura Jorge Saravia. No, ante ellos es una cobarde. “Lamentablemente cada uno hace la suya, el partido podría estar mejor pero cada uno ve lo suyo”, expresaron a este medio.
A Emilia Orozco le da la espalda para gritarle a jóvenes dirigentes. No para ir a enfrentar a otros que llevan militando la edad que tiene la legisladora. Ella quiere un séquito que no la cuestione ni se oponga, por eso, se rodea de gente nueva sin experiencia. Porque los más grandes no le temen. Y si tienen que enfrentarla, lo hacen.
Esa valentía que mostró Méndez se propaga como una suerte enfermedad. La enfermedad de libertad. Otros dirigentes decidieron hablar, cansados de ser los corderos a merced de Emilia Orozco. Dicen que grita, humilla, maltrata, da órdenes y amenaza, todo en una misma oración. Pero hoy, hay quienes no lo toleran más.
“Así como grita en el Congreso grita en la Casa de La Libertad” relatan. Desde que el exconcejal fue denunciado, la tolerancia de la legisladora tocó fondo, sostienen. El ambiente que se respira puertas adentro de la sede, es brutal. Quizás, el despertar de los corderos llegue más rápido que el de los leones. Y ahí comienza la verdadera revolución, la que terminará por demostrar que no todo lo que brilla es Oro(zco).




