La libertad de volver a la ruta para reavivar la pasión por el ciclismo

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Daniel Díaz le contó a El Tribuno sus sensaciones al volver a practicar el deporte que tanto ama tras dos meses de encierro. “Fue una sensación hermosa”, dijo el bicampeón del Tour de San Luis. 

Daniel Díaz ocupa un lugar privilegiado en la historia del ciclismo salteño y argentino. Salta no tiene otro corredor de su talla, ganó en dos ocasiones el Tour Internacional de San Luis, fue campeón argentino de ruta compitiendo justamente en nuestra ciudad y además fue vencedor de la Doble Bragado a muy corta edad. Sus grandes éxitos no terminan con esos triunfos inolvidables, ya que también se destaca su participación en los Juegos Olímpicos que se realizaron en Río de Janeiro en 2016 y su doble paso por el ciclismo europeo.
Pero, como a todos, la pandemia de coronavirus lo afectó justo cuando iba a disputar las últimas carreras de la temporada de ruta con el equipo Puertas de Cuyo de San Juan. El aislamiento lo agarró en esa provincia, pero con la necesidad de regresar a Salta. Estuvo casi dos meses sin poder entrenar en la ruta, sí lo hizo con un rodillo en su casa pero sin las mismas de sensaciones de esas largas pedaleadas de casi todos los días. Ahora, con la habilitación del ciclismo, Dani habló con El Tribuno sobre esta nueva etapa, la de poder salir a entrenar al aire libre.


El laureado ciclista salteño estaba en San Juan cuando el 19 de marzo se anunció el decreto que dictaba el aislamiento social preventivo y obligatorio en todo el país. “Tenía que ir a Mendoza para arreglar algunos temas con el equipo, pero me tuve que quedar en San Juan. Luego quise volver a Salta, pero en La Rioja no me dejaron pasar. Estuve un mes hasta que pude llegar a Salta, donde completé los 14 días de la cuarentena obligatoria”, contó Dani a El Tribuno
Haciendo cálculos, fueron casi dos meses sin poder salir a pedalear. Mataba el tiempo entrenando muchas horas en el rodillo y haciendo otras actividades, pero la ansiedad de entrenar al aire libre siempre estaba latente. “Me saturé las rodillas arriba del rodillo, canalizaba la ansiedad por ese lado. Había días en los que hacía dos horas en la mañana y dos horas y media a la tarde, para un rodillo es muchísimo. Después hacía un poco de gimnasia para ejercitar el cuerpo completo y rodillo a la tarde”, contó Díaz y agregó: “En el rodillo no pasa el tiempo, pensás que estás pedaleando por dos horas, pero recién hiciste 40 minutos”.
El 13 de mayo pasado se dio la esperada noticia para Dani y el resto de la población que tiene puesta su pasión en el ciclismo. Ese día se habilitó la práctica individual siguiendo los protocolos de seguridad como medida preventiva. “La primera sensación fue hermosa, volver al aire libre, estaba como niño con juguete nuevo. Físicamente me sentía diferente porque el rodillo te da la fuerza, pero la ruta te da el aire. Pero eso no importaba mucho”, contó el ciclista. 
Paradójicamente, Díaz no eligió la clásica bici de ruta para salir a entrenar al aire libre sino la de mountain bike. “La verdad es que tenía muchas ganas. Suponía que faltaba poco para comenzar y cuando el gobernador declaró que podíamos salir la primera semana lo hice en la bicicleta de mountain bike, para ir viendo cómo era todo el protocolo. Fui para el lado del Astillero, anduve por Finca La Cruz, por el autódromo”, relató el excampeón argentino de ruta. Después sí se subió a la compañera de toda la vida, la bici, para entrenar en algunos de los puntos destacados de nuestra provincia. Uno de los caminos elegidos fue el que lleva al viaducto del río Toro en la zona de Campo Quijano. Así volvió a sentir esa libertad y la exigencia de la ruta que solo se pueden obtener rodando horas y horas. 

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